El sueño de una ciudad inclusiva
“Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz”. Con esta cita de María Montessori y un minuto de silencio reflexivo comenzamos la jornada. Paramos a pensar- en que mundo queremos vivir y que podemos hacer por ello.
La hiperliquidez, la imprevisibilidad y el entorno hostil pone en duda o invalida nuestros supuestos sobre como tienen que ser las cosas. Ante la incerteza se requiere un pensamiento crítico constante y una revisión de nuestras creencias y paradigmas.
Si las ciudades van a ser el hábitat del 80% de la población mundial a mediados de este siglo, hemos de pensar como convertirlos en refugios de bienestar para todos. Cambio climático, salud seguridad e igualdad son solo algunos de los grandes retos que afronta el mundo urbano.
Preguntamos a Berta Canals, directora de la Fundación Sorli, cómo afecta la perspectiva de género a los modelos de liderazgo y por qué las mujeres no suelen contar los tanques y misiles como forma de solucionar los conflictos.
Berta explicó cómo se construyen los roles de género desde el momento de nacimiento o incluso antes. Al bebé, juzgando tan solo por el color de su body, lo cogemos de una forma determinada. Si viste azul lo ponemos recto, sacudiéndolo con fuerza y transmitiendo el mensaje de poder, virilidad y fortaleza física. En cambio, el bebé vestido de rosa será acurrucado de forma horizontal y suave, y con el tono de voz bajo y dulzón le diremos “guapa”, “bonita”, etc. Las mujeres no nacemos, subrayó Berta con el gen de cuidadoras, mediadoras empáticas y gestoras reflexivas de conflictos. Todo ello lo aprendemos y, por tanto, lo pueden aprender también los hombres, en vez de verse abocados a la inmediatez de las armas. Las mujeres hablan y esperan el tiempo que haga falta para solucionar el conflicto, los hombres- aprietan el botón. Sin embargo, estos roles se adquieren mediante la educación y socialización en familia, tanto como en la escuela, la comunidad y la sociedad, donde inculcamos valores, roles y paradigmas de comportamiento. Para construir una sociedad igualitaria es necesario tener consciencia de la construcción de roles de género. Si bien las mujeres, tradicionalmente adscritas al espacio privado, reproductivo y de cuidados han penetrado en el espacio productivo y público (dominio predominantemente masculino), no vemos aún un cambio significativo en el papel de los hombres dentro del espacio de los cuidados. Una clara imagen de ello son los patios del colegio donde se ven a las niñas jugando futbol, pero no se ven a los niños en los espacios de juegos dominados o exclusivos de las niñas. Por ello hacen falta decisiones valientes en todos los niveles, siendo las empresas importantes promotoras de cambio. Los niños deben jugar a los cuidados, concluye Berta enseñando a un muñeco Patapof con el que juega a los cuidados su hijo, ya adolescente.
Para conocer la situación de las mujeres en el sector inmobiliario pregúntanos a Anna Puigdevall, Directora General de COAPI sobre la encuesta realizada a 4.000 gerentes de las empresas inmobiliarias. El resultado del estudio demuestra claramente que la forma más habitual de acceder por parte de las mujeres a puestos de responsabilidad es el emprendimiento. En cambio, en las constructoras, especialmente del sector no residencial, tanto como en el ámbito financiero del sector, es donde más brecha y más problemas encuentran las mujeres. En las inmobiliarias de viviendas las mujeres ocupan mayoritariamente el papel comercial, mientras que a la hora de cerrar los acuerdos financieros es el hombre quien concluye el trato. Las empresas fundadas por las mujeres suelen tener menor tamaño, priorizando la consolidación y la solvencia antes que la ambición de crecer.
A continuación, preguntamos a Montse Guardia, Co-founder y CEO en Big Onion como crear la tecnología inclusiva y libre del sesgo discriminatorio. Montse ha comparado el actual espacio digital con el espacio aéreo de hace 100 años. Si bien ha habido mujeres pilotas pioneras, como Amelie Earhart que en 1928 atravesó el Atlántico desde Terranova a Gales, estamos muy lejos, tonto en la aviación como en las ciencias de computación, para alcanzar la igualdad. Incluir la perspectiva de género en el espacio Phygital, una hibridación entre el espacio físico y digital, es buscar bienestar para todos. La creación y el diseño de los espacios digitales han de basarse en los valores humanistas, premisas éticas sólidas e incluir todos los puntos de vista.
Alicia Coca- Directora de Tecnología de Negocio de los Ferrocarriles de Catalunya, nos explicó cómo desarrollar, en su ámbito, las herramientas y políticas inclusivas. Para empezar Ferrocarriles se declara una empresa feminista que incluye la perspectiva de género en todos los ámbitos de su política. La perspectiva de género ayuda a trabajar la seguridad, tanto la real, como percibida, modificando la señalización, el entorno vital, la vigilancia, el mantenimiento y los espacios comunitarios. La tolerancia cero a las conductas machistas permite poner en marcha los mecanismos de alerta temprana y crear entornos seguros y agradables para todos. Recientemente Ferrocarriles han doblado la cantidad de mujeres ocupando los cargos directivos, como también han ampliado la contratación de las mujeres dentro de su plantilla técnica.
¿Cómo trasladar estas experiencias de incluir la perspectiva de género en el ámbito empresarial, a la ciudad, un organismo complejo que representa mucho más que la suma de las partes?
Montse explicó que desde lo digital podemos crear ambientes saludables, inclusivos, no adictivos y no tóxicos. Las máquinas puedes ayudarnos a gestionar problemas, evitar catástrofes, retomar la ética y responsabilizarse por la capa tanto física como digital de nuestro mundo hibridado.
Desde el transporte como la herramienta de la movilidad, Alicia hizo un llamamiento a las acciones de pequeños pasos que suman. La perspectiva de género que viaja dentro de los vehículos del transporte, hace la ciudad más solidaria, más empática y más amable.
Anna reivindicó actuar a dos escalas- la de pequeños pasos y la de las grandes estrategias. Incluir la perspectiva de género es diversificar, pero también pensar en el otro, porque las mujeres piensan en los demás antes de pensar en ellas mismas.
La perspectiva de género es la clave, según Berta, para que los seres humanos sean íntegros y completos. Para conseguir el cambio hemos de tener consciencia, trabajar desde todos los ámbitos, como la educación, la administración, pero también, y ahora es el momento- desde las empresas.
Para finalizar la jornada preguntamos por el mensaje para el 8M.
Hemos de revolucionar y transformar, decía Anna– nosotras somos el vector de cambios. Comunicar desde el humanismo, la literatura, el arte, la filosofía y la reflexión, añadió Monste. Alicia hizo un llamamiento para trabajar para la solidaridad y un mundo mejor. No hemos de olvidar las enseñanzas que nos haya dejado la pandemia y el gran aviso que nos lanza la guerra de Rusia. Hagamos en recordatorios de lo que es importante cada día. Los cuidados – cuidarnos todos, esto es una ciudad inclusiva, concluyó Berta.
