Durante nuestras sesiones de preparación para la mesa, debatimos sobre la realidad del sector y las necesidades y el contexto actual tanto a nivel de mercado y normativo y la necesidad real de que hay que realizar un cambio de “cómo hacemos las cosas” ya que “there is no planet b”.

Reflexionamos sobre cómo se hace necesario el cambio en todo el proceso de construcción y no sólo a nivel del producto sino también a nivel de los agentes que intervienen y colaboran en el ciclo de vida del activo. Para virar hacia edificios sostenibles y respetuosos con el medio y las personas viables económicamente deberá realizarse un cambio en todos los sentidos, normativo, de producto, de metodología, de sistemas, etc.

Una de las opciones que planteamos es la necesidad de cambiar la metodología lineal de trabajar para buscar una forma de trabajar más “circular” en la que los agentes involucrados formen parte del proceso de desarrollo del proyecto desde fases iniciales. También acordamos de la necesidad de unificar los parámetros de sostenibilidad para hablar en los mismos términos, estableciendo un barómetro adecuado y adaptado al entorno pero que, al mismo tiempo, garantice unos procedimientos mínimos. Actualmente la normativa todavía no incide lo suficiente en términos de sostenibilidad y los criterios de sostenibilidad parecen estar definidos por las distintas por certificaciones voluntarias del mercado. Desde la Comunidad Europea se impulsa el Programa “Levels” que plantea un liderazgo en cuestiones de sostenibilidad para garantizar este lenguaje común tan necesario, pero es algo que aquí aún está en vías de desarrollo.

Después de navegar por normativa, iniciativas y de la necesidad de este lenguaje común de sostenibilidad para poder medir, comparar y valorar nos adentramos en como se innova en la construcción e inmediatamente pensamos en industrialización y en la digitalización. Pero la innovación va mucho más allá, más allá de un proceso constructivo, la innovación también consiste en modificar nuestros procesos de trabajo y pensamiento, en una constante optimización de procesos que nos ayude a agilizar y mejorar los plazos, y reducir las incertidumbres de los proyectos desde fases iniciales, lo que enlaza con la forma de trabajo “circular” que proponemos al hablar de sostenibilidad.

De todo esto es de lo que se debatió un poco más en profundidad en la mesa. Además de nosotras, contamos con un panel de expertos en arquitectura, sostenibilidad, nuevas energías e industrialización, que ayudaron a generar una conversación productiva y con el objetivo de destacar las prioridades del sector.

Cuando hablamos de sostenibilidad, y de la necesidad que tiene el sector para adaptarse, mediante el marco normativo que viene desde Europa a través de las directivas europeas y la taxonomía, se destacó la necesidad de que, desde la administración, se establecieran medidas destinadas a impulsar e incentivar un cambio profundo en el sector y evitar el famoso “green washing” sin ir más allá.

También se discutió que, uno de los retos que tiene el sector de la construcción es la dificultad de aplicar métodos de construcción innovadores, eficientes y que aseguren la calidad y una reducción de las incertidumbres. La industrialización en el sector de la construcción se plantea como un paso necesario para conseguir esta mejora en la eficiencia de los procesos, donde se estandaricen actividades y productos al tiempo que se le presupone una mayor calidad y una reducción en los plazos que debe redundar en los costes.