Desafíos en la gestión de espacios corporativos

El Real Estate corporativo: ese gran desconocido

El Real Estate Corporativo es la rama inmobiliaria que se encarga de gestionar los espacios corporativos, entendidos éstos como todo espacio que una organización pone a la disposición de su fuerza de trabajo para desarrollar actividades relacionadas con su negocio, en un sentido amplio. Este concepto abarca una gran diversidad de activos, tales como oficinas, laboratorios, almacenes, fábricas, locales, coworking, entre otros.

Sus ejes principales incluyen:

  • Operación, mantenimiento y seguridad (Facilities Management)
  • Soporte al crecimiento o contracción del negocio
  • Estrategias de optimización de espacio y reducción de costes
  • Negociaciones inmobiliarias
  • Diseño de espacios y experiencia del usuario
  • Integración del “nuevo portafolio” absorbido en procesos de adquisición de empresas

 

Dicho lo anterior, vayamos a los desafíos que se imponen a raíz de las nuevas formas de trabajar.

¿Qué implica el modelo híbrido de trabajo y cómo será la nueva ocupación de los espacios?

Todos hemos oído hablar del modelo híbrido que combinará teletrabajo y presencialidad, pero ¿qué significa esto en la práctica? ¡Pues depende!

En primer lugar, depende de la región: en Asia la ocupación de las oficinas prácticamente ya ha vuelto a los niveles pre-pandémicos y la presencialidad se ha restablecido de una manera más rápida. Mientras tanto, la vuelta a la normalidad se da poco a poco en Europa, a merced de las variaciones de contagios del COVID, y, por último, a un ritmo aún más paulatino en las Américas.

En segundo lugar, depende de la actividad: no es lo mismo tener un puesto administrativo, que ser comercial, que técnico de laboratorio, o trabajar en una obra, en una fábrica o en una oficina.

 

“La actividad marca el grado de dependencia de utilización del espacio.”

 

En último lugar, también dependerá de la cultura corporativa de cada empresa: la de un bufete de abogados es muy distinta a la de un banco o de una empresa tecnológica; así como una empresa de 500 empleados en muy poco se parece a una multinacional de 20 mil empleados. Se trata de culturas, pautas y formas de trabajar muy distintas.

¿Qué comportamientos e interacciones se pretenden fomentar?

Se trata de una pregunta muy pertinente en el contexto híbrido y que conlleva a toda una serie de otros razonamientos, como, por ejemplo: ¿cuál debe ser la frecuencia de la asistencia presencial (2, 3, 4, 5 veces a la semana o libre) ?, ¿los horarios laborales (libre elección de jornada o horarios definidos) ?; ¿están los espacios de trabajo suficientemente adaptados, o necesitarán ser reconvertidos en espacios más abiertos y colaborativos?  Además, si los equipos no están obligados a ir a la oficina, ¿qué harán las empresas para fomentar el sentido de pertenencia y de colaboración entre el grupo?

Inevitablemente pasaremos por un período de test, prueba y error del modelo híbrido hasta comprender de qué forma las personas elegirán trabajar y como cada empresa logrará incorporar nuevos conceptos y diseños, para adecuarlo a su modelo organizativo.

¿Qué podemos esperar?

 La flexibilidad contractual y comercial se impone como una necesidad

Desde luego, es cierto que las nuevas formas de trabajar demandarán contratos inmobiliarios más flexibles y personalizados a la nueva realidad del usuario final, dotándolos de matices para afrontar los cambios que se puedan producir en el futuro. Tal como la pandemia del COVID nos ha sorprendido a todos, el usuario final buscará mayor protección y maleabilidad, de manera que, más allá de las herramientas jurídicas, la flexibilidad comercial será un criterio tan importante cuanto la calidad de los acabados o la ubicación de la propiedad.

Toma de decisiones a partir de herramientas de medición y análisis de uso del espacio

Muchas empresas ya lo están viviendo en mayor o menor grado. Pasa por la monitorización y análisis de la utilización de los espacios para sustanciar procesos de toma de decisiones, como, por ejemplo, a través del control de asistencia por tarjetas de acceso y sensores, utilización de aplicaciones de reserva de asientos, medición de costes por puesto de trabajo, plataformas digitales de FM, entre otros.

Estos sistemas generan datos empíricos claves tanto para el diseño del plan de real estate corporativo de una organización, como para respaldar decisiones estratégicas como puede ser la expansión o contracción de su portafolio.

Racionalización del espacio según la ocupación real y utilidad

Expertos estiman una reducción en la huella inmobiliaria corporativa de entre un 10 a 30% en los próximos 2 años. Más allá de predicciones, las grandes empresas están siguiendo procedimientos cada vez más estrictos para aprobar nuevos activos inmobiliarios; este factor, sumado al aumento de la experiencia digital de los trabajadores, se traducirá en un ajuste de la huella inmobiliaria a su ocupación real y utilidad cara al futuro.

Claudia Tichauer – European Corporate RE Director Firmenich

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