La rehabilitación edificatoria en España afronta un punto de inflexión. Con el cierre del programa NextGenerationEU en 2026 y la entrada en vigor de la nueva Directiva Europea de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD), el sector pasa de apoyarse en ayudas coyunturales a enfrentarse a obligaciones normativas claras y exigentes.
Según Inés Leal, socia de WIRES y experta en sostenibilidad urbana, “hasta ahora se rehabilitaba porque había subvenciones. A partir de ahora, se deberá rehabilitar porque lo exige la ley. Y el reto es convertir esa obligación en una oportunidad rentable y planificada”.
España deberá presentar antes de final de 2025 su nuevo Plan Nacional de Renovación de Edificios, con objetivos vinculantes de descarbonización para 2030, 2040 y 2050. Si no se articulan mecanismos de continuidad tras los fondos europeos, muchas iniciativas corren el riesgo de paralizarse. El desafío será mantener la actividad y la inversión en rehabilitación sin depender exclusivamente de subvenciones.
Desde WIRES, red de mujeres líderes del sector inmobiliario, se subraya la necesidad de crear un marco estable, con incentivos fiscales, coordinación institucional y acompañamiento técnico, que asegure que la rehabilitación energética siga siendo un motor de transformación urbana más allá de 2026.
Como señala Leal, “los próximos dos años son clave. La cuenta atrás ha comenzado y debemos estar preparados para que esta transición sea no solo obligatoria, sino eficaz, justa y duradera”.
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